mi’ el día “cero”, uno en el que se decide iniciar el procesamiento de su primer espejo.
Todo está listo: un disco de vidrio transparente está tumbado en su apoyo bastante estables, comedido, pero no demasiado por tres espigas de madera. Nos aprovechamos otro disco de vidrio sin cortar y, gruesa mano carborundum (probablemente el 80, pero tal vez también allí 60), debemos romper el hielo con la acción que repetiremos miles de veces: el pasado.
alternativa, hagamos una pausa por un momento: si estamos en este punto, significa que hemos elegido realmente hacer todo el trabajo, resistiendo los halagos de los que nos ofrecen un disco en blanco en la F que más nos gusta. lo hicimos bien? bien, esto alarga los tiempos totales de procesamiento, es cierto. Sin embargo, es un excelente ejercicio que nos permite llegar a pulir con varias pasadas. “En los brazos” como para sentirse bastante confiado en el gesto. Y la fascinación de forjar un espejo, empezando desde cero, no es secundario. Así que mi consejo es: el primer espejo lo haces tu mismo. Okay, le damos al play y procedemos.
Hacer un pase no es nada trascendental, pero inevitablemente debemos dejarnos llevar. Hay un enfoque para trabajar que, en mi opinión, ayuda a optimizar los primeros pasos hacia el espejo y rentabilizar al máximo la primera fase, hecho de dudas y vacilaciones: confiar en algún sentido que nos pueda ayudar. Vemos:
EL SENTIDO DEL TACTO
en el paso cordal (perdona el juego de palabras) se necesita poco tacto y mucha fuerza: aquí cavamos, pensaremos en formas perfectas más tarde. Pero este sentido también nos ayuda a percibir el trabajo que se realiza en la superficie.. De hecho, a través de la sensación que se transmitirá a nuestras manos, pasada tras pasada seremos capaces de entender cuándo habrá el equilibrio adecuado entre el abrasivo y el agua, que devolverá algún tipo de “escorrentía de fricción”, broches de presión (una clara señal de que en algunas áreas se ha acumulado carborundo que crea algunos “islas secas y tranquilas” que ciertamente no hacen bien su trabajo), no demasiado suave (demasiada agua, al contrario, da la sensación de deslizarse sobre un cojinete que evita la abrasión y hace que el abrasivo aún intacto salga de los dos discos). En resumen: los granos de carborundo hacen bien su trabajo si se rompen al arrastrarse por el cristal, no entre ellos, y el agua debe ayudarlos “rodar” entre las dos superficies de vidrio, para no escapar de su destino.
AUDIENCIA
el sonido del carborundo al romperse en el cristal, exportando microfragmentos con cada pasada, evoca inequívoca e inevitablemente el sonido de mil piedras microscópicas frotadas sobre una placa de vidrio. Un sonido desagradable en sí mismo.. Sin embargo, no se necesita mucho para acostumbrarse a un sonido amenazante., que instintivamente nos da la emoción de algo que se está arruinando….. Qué, en vez, el sentido del oído puede decirnos cuándo es el momento de cargar una nueva mezcla de abrasivo y agua: El sonido, al principio fue decidido y casi molesto, se vuelve mas y mas sordo hasta que pasa por uno “Graaaat Graaaat” una “shhhhhh shhhhhh”. Resumen limpieza, abrasivo, agua y lejos de nuevo.
LA VISTA
no nos dejemos engañar por el borde sin trabajar incluso después de docenas y docenas de secos, en comparación con el espejo central que pierde totalmente su suavidad original después de unas horas de trabajo. Lo que estamos creando con el pase cordal es una campana, que nos permite bajar a la flecha deseada, para luego dedicarnos, con otras técnicas, a la creación de la esfera.
Con la vista, pero, también podemos comprobar la homogeneidad del trabajo sobre la superficie realmente trabajada y la ausencia de rayas que puedan indicar que entre el espejo y la herramienta algún intruso está dañando nuestro trabajo. Con granos más finos será imprescindible utilizar un microscopio portátil u ocular para examinar la superficie agrandándola; durante el desbaste con el grano más grueso de abrasivo es posible una comprobación rápida incluso a simple vista, pero aún es mejor observar la superficie inmediatamente con más aumentos.
Estos tres sentidos nos guían: las sensaciones que nos devuelven se amalgaman y se convierten en un sexto sentido, instinto que nos guía a un procesamiento eficaz y eficiente.
Cuanto usar el cordal? Cuándo cambiar a otras técnicas? Aquí no están los sentidos, pero la medida de la flecha para darnos una respuesta: Sugiero hasta al menos 90% flecha, mejor si 95%. La 1/3 cavar excavaciones, pero hacer milimetros de flecha es como ir a la pista con un tractor: la gira lo hace, pero ese no es su trabajo……una 1/3 coc déjale su misión: la esfera.